Las siguientes exposiciones se contemplan, como hemos señalado en el texto introductorio, dentro del marco de colaboración de LAVAC con València Capital del Diseño 2022. Esta selección responde a los criterios impulsados por New European Bauhaus (NEB) desde amplias perspectivas creativas. Sostenibilidad, inclusión y diversidad, participación y colectividad o innovación, entre otras, son cuestiones tratadas por el programa de exposiciones y actividades plateado por las galerías, cuya selección destacaremos aquí según un programa mensual.
MAYO 2022
- Galería Alba Cabrera. Diásporas naturales. Tatiana Blanqué. 05.05—04.06
- Galería Cànem (Castellón). Cuando el paisaje estremece. Antonio Alcaraz. 30.04—02.07
- Gabinete de dibujos. Roberto Mollá. El cazador de extraterrestres. Hasta el 6.05
- Galería Jorge López. Monumento. Matías Ercole. Hasta el 17.06
- Galería Luis Adelantado:
- Unearth Tomorrow. Ting-Ting Cheng. 24.03—6.05
- Elige todo. Carlos Fernández-Pello. 24.03—6.05
- ACTIVIDADES. Artist Talk con la artista Ting-Ting Cheng. 5.05 a las 19:00h
- Galería Rosa Santos. Carta de Quebrados. Chema López. 25.03—20.05
- La Mercería. Scapeland. Pedro Kouba. Hasta el 17.06
- Set Espai d’Art. Animal lámina. Isidro Ferrer. 01.04—04.06
- Shiras Galería. Tresor: Anna Herrgott, Jens Gussek, Jesse Magee, Ibrahim Erdogan y Judith Röder. Hasta el 06.05
- Galería Vangar. La repetición. Pol Pinto. Hasta el 29.04-25.06
GALERÍA ALBA CABRERA. Diásporas naturales. Tatiana Blanqué. Hasta el 04.06
Con el proyecto Diásporas naturales, Tatiana Blanqué plantea un acercamiento al paisaje para visualizar su fragilidad. Los conflictos entre lo urbano y, por contraposición, lo natural marcan la deriva de un grupo de pinturas y trabajos sobre papel en los que la artista se aplica con diferentes técnicas. Líneas, manchas, salpicaduras y goteos pasan de las telas al papel, para acabar adhiriéndose a unos guantes de látex y expresar, así, la precariedad del medio natural.
https://albacabrera.com/exposiciones/

Después de muchos años observando la naturaleza, durante un viaje a la Patagonia, me di cuenta de su importancia, su inmensidad, su poder, su capacidad de adaptación, su majestuosidad y el respeto que ésta tiene por su entorno. La naturaleza sigue adelante, se readapta, se reconstruye. Así comenzó mi viaje artístico entorno a ella».
Representaciones simbólicas de línea y manchas. Salpicaduras que se convierten en gotas faltas de un valor semántico en sí mismo, pero que convenientemente dibujadas y combinadas convierten una definición gráficamente visual de lo que se quiere expresar. Texturas orgánicas en su máxima expresión. Una explosión de voluntad expresiva que se topa con la dura realidad de una grafía controlada, guiada y deseada, simple pero contundente. Los árboles como nexo entre el mundo terrenal y el espiritual, la luz, el color, la libertad, nos guían hacía unas escenografías a medida, donde poder perderse en un submundo paralelo. Una necesidad en esconderse, un no querer desvelar todo.
Deberíamos desnudarnos ante el mundo? No! Un cortinaje de lágrimas y ramas, que sólo dejan entrever, lo que uno quiere. Un filtro donde la mancha da paso a las formas naturales, convirtiendo la improvisación en intención.
El color toma el protagonismo, es la nueva sangre de la esperanza, es la fuerza del sol, en definitiva, el poder de la naturaleza. Es la construcción de nuestro nuevo hogar, es saber convivir de manera sostenible consiguiendo así la transformación de nuestra sociedad!
GALERÍA CÀNEM (Castellón). Cuando el paisaje estremece. Antonio Alcaraz. 30.04—02.07
Antonio Alcaraz recurre a la arqueología industrial para cartografiar nuestro entorno, el espacio del abandono. Un territorio sometido a transformaciones constantes en el que la arquitectura muestra su mayor fragilidad entre desechos y ruinas. Para este proyecto recurrió al eje minero de la comarca Norte de Jaén: Linares-La Carolina, cuya contemplación se escala a otros lugares, los de la condición contemporánea. Diferentes lenguajes y materiales (fotografía, pintura, grafito, metales y plásticos) se amalgaman para diagnosticar la desaparición del patrimonio industrial.

Antonio Alcaraz presenta una visión contemporánea de la Arqueología industrial del eje minero de la comarca Norte de Jaén: Linares-La Carolina, espacios improductivos, arquitecturas en desuso que han dejado su huella cuando el paisaje estremece.
“Antonio Alcaraz hace de la industrialización el tema protagonista de su objeto y acto artístico. Juega con la yuxtaposición articulando diferentes lenguajes y diferentes materiales: superpone imágenes fotográficas, perfiles de texturas planas e interviene de manera gestual sobre el conjunto; utiliza materiales tradicionales [aceite, grafito, barnices] y materiales producto de la propia industria, como los metales y plásticos, consiguiendo variedad de formas, matices, transparencias, escalas, veladuras que enriquecen y hacen versátil su obra.
Su cámara recorre lugares y paisajes industriales, arquitecturas abandonadas y vacías que han dejado su huella en el paisaje. Dota a la imagen industrial de un nuevo valor estético, revalorizando el patrimonio perdido y resaltando sus características originales”.
Inmaculada Aguilar Civera
GABINETE DE DIBUJOS. El cazador de extraterrestres. Roberto Mollá. Hasta el 6.05
Roberto Mollá nos sitúa en una de las ciudades paradigmáticas de la modernidad, Tokio. Echando mano del dibujo, el artista presenta la cartografía de una urbe que reconocemos aún no estando allí. Desde unos archivos en la pared, se proyectan sobre mesas y otras paredes cuantos estímulos provenientes del cine, la literatura, los cómics y la música han configurado el acervo de un futuro que es siempre pasado.

El cazador de extraterrestres lleva vida de artista. Su cuartel general, instalado en los apartamentos Harumi de la bahía de Tokio, parece un estudio. Allí ha juntado todas las mesas disponibles y en ellas va colocando, en composiciones variables, las fotografías, anotaciones, mapas y dibujos que realiza durante sus recorridos por la lejana Ciudad del Espacio, una réplica exacta y flotante de la capital japonesa. Las estanterías están repletas de archivadores que contienen la información recogida en su vagabundeo por las calles. No están etiquetados ni fechados, aunque no es necesario porque todos contienen datos del 1 de septiembre de 1994; día, o segundos más bien, en los que transcurre una historia cuya línea temporal es incomprensible. Un no tiempo (en el que los siglos son reducidos a cenizas) que el cazador pretende cartografiar en un diagrama. En los estantes hay también algunos libros de ciencia ficción y arquitectura, cómics galácticos, un centenar de discos y un álbum de negativos anónimos encontrado en el rastro del santuario Togo. Dentro de una carpeta guarda lo que él llama Archivo Desaix, media docena de informes que identifican a probables extraterrestres citándolos como primer objetivo, segundo objetivo y así sucesivamente. El cazador busca a diario esas seis extrañas formas de vida en una ciudad en la que él parece ser el único superviviente, otra extraña forma de vida a su vez. En el monitor del cuartel general, y en todas las pantallas que encuentra por la ciudad, Rosita, una presentadora de televisión, explica algunos detalles de la inmensa urbe espacial. In Heaven everything is fine, lee en los subtítulos. Habrá escuchado la frase, emitida en bucle, cientos, miles de veces. Poco después (o mucho después, esto no es posible saberlo) el cazador de extraterrestres escribe: Ahora amo, amo una imagen. Confuso, cierra los ojos y cuando devuelve la mirada a la pantalla Rosita ha desaparecido.
Esa es en resumen la historia que, versionando el libro Geografía del tiempo (A.G. Porta, 2008), se representa en el Gabinete de dibujos a través de una veintena de trabajos sobre papel milimetrado. Los temas de la exposición, como en la novela metafísica de Porta, son el tiempo y su flexibilidad, la volatilidad de los recuerdos y los sueños, el intento inútil de atraparlos en imágenes y el trabajo en el estudio. El cazador de extraterrestres dibuja naves espaciales, líneas cinéticas y presentadoras de televisión, pero eso es aquí lo de menos. Como en series anteriores en las que retrataba su mesa de dibujo o extraños robots dibujantes, el tema principal de la exposición, aunque soterrado, es la propia práctica del dibujo. Dibuja que está dibujando. El dibujo como registro del tiempo transcurrido completando, por ejemplo, el retrato de una androide, tal vez una extraterrestre, con una trama de semitonos (pequeños círculos, dibujados en este caso a lápiz, que el ojo mezcla para formar una imagen); o del tiempo empleado en dibujar una y otra vez el mismo archivador, uno al día, a la manera del japonés On Kawara en sus Date paintings. La extraña forma de vida otra vez. El irreprimible pero anticuado instinto del que hablaba Pontano en La notte de Antonioni.
La novela de Porta es un escenario idóneo para tratar estos temas, pero a esa narración se le fueron adhiriendo durante el proceso otras capas de referentes, ramificaciones, historias dentro de historias y temas recurrentes en el trabajo de Mollá, relacionados en la mayoría de los casos con su propia experiencia y memoria personal, un viaje en picado hacia temas y fetiches, algunos adolescentes, que le iniciaron en su práctica artística. El título elegido para la exposición, un título de estirpe pop, underground y retrofuturista, hace alusión al modo desinhibido con el que el dibujante caza y mezcla piezas dispares procedentes del cómic, de la literatura, del cine, de una ciudad visitada, de la música post-punk o del vorticismo. El dibujante se pone la gabardina del cazador de extraterrestres y, como en la película de Wong Kar-Wai, empieza a imaginarse como un japonés que va en un tren hacia 2046 en busca de una androide de acción retardada, con la intención de recuperar recuerdos perdidos, los recuerdos que, como dicen los Talking Heads, no pueden esperar.
GALERÍA LUIS ADELANTADO. Unearth Tomorrow. Ting-Ting Cheng. 24.03—6.05
En la exposición Unearth Tomorrow, Ting-Ting Cheng presenta una serie de fotografías que llevan al espectador a reconstruir un territorio que pudo ser entre Taiwan y San Salvador en Tuman. Un imaginario en el que el espectador, convertido en un explorador, queda emplazado a tender puentes entre culturas y momentos históricos, como una forma de identificar un presente siempre cambiante.
https://www.luisadelantadovlc.com/actual/

Ultrachrome en papel fotográfico Ilford Galerie Satín de 260 grs
47 x 62 cm c/u
Fotografía: David Zarzoso
La exposición Unearth Tomorrow tiene como punto de partida un dibujo de una isla del siglo XIII de autoría desconocida realizado durante el periodo de colonización española del norte de Taiwán, y a través el cual la artista intenta encontrar el punto exacto perspectiva y ubicación del pintor desconocido. Para este reto Cheng tomó una serie de fotografías mientras se acercaba a dicha isla desde Tuman.
La serie de fotografías dispuestas como una línea de horizonte a mayor y menor distancia de la isla, activa una participación por parte del público el cual navega acercando o alejando poco a poco como realizando el mismo viaje de Ting-Ting Cheng y el pintor anónimo. La segunda parte del proyecto incluye imágenes de objetos desconocidos flotando en la oscuridad, que fueron objetos recolectados por Cheng en el sitio arqueológico de San Salvador en Tuman.
La obra de Ting-Ting Cheng se acerca a la exploración de diálogos entre culturas y participaciones colectivas donde invita al espectador a realizar en este caso el trayecto de viaje hacia ese momento histórico y visión del pintor desconocido, así como adentrarse a las arqueologías encontradas en un espacio-tiempo incierto.
GALERÍA LUIS ADELANTADO. Elige todo. Carlos Fernández-Pello. 24.03—6.05
El artista Carlos Fernández-Pello recurre al reciclaje cómo método a través del que poner en cuestión el consumo de una novedad que se basa en la reapropiación constante de hechos, teorías, lugares y creaciones, que no dejan de serlo porque han sido y continúan siendo en la deriva del presente. Desde una sana actitud ecológica, géneros clásicos como el paisaje o la naturaleza muerta ponen de actualidad de la pintura como un proceso inacabado, el de la propia vanguardia.

Elige todo se plantea como una revisión de los últimos 3 años de trabajo del artista Carlos Fernández-Pello en donde las piezas cambian, retroceden y se disfrazan de cosas que no parecían ser y que sin embargo están. Reciclando materiales como trozos de tela que envuelven estructuras macizas de hierros.
El artista pretende generar una cultura fantástica en la que la gente abandonase la novedad y comenzase a copiar sin remedio. Refiriéndose a toda a una sociedad delirante, dedicada a repetir décadas completas de la historia del arte local y extranjero; obsesionada con la ecología de repetir movimientos artísticos, repintando cada uno de sus cuadros; regrabando cada una de sus películas; reescribiendo cada palabra de sus textos, repitiendo cada nota de sus canciones.
Reciclar cada vanguardia, cada moda, cada tendencia conocida y hacerlo por siempre, con todos los recursos a su alcance, usando los mismos nombres en cada caso, construyendo melodías de melodías, sacando libros de sus libros, imágenes de sus imágenes… nada muy bien hecho, sino hecho lo mejor posible.
Intentar que todo sea igual, pero sabiendo que saldrá, a menudo, peor. Como si se buscará el calco preciso, pero se hiciera para disfrutar del error de traducción. Quizás este lugar ya exista: un sitio donde la historia no se mueve si no que forma parte de la noche del todo.
ACTIVIDADES
Artist Talk con la artista Ting-Ting Cheng. 5.05 a las 19:00h
GALERÍA ROSA SANTOS. Carta de Quebrados. Chema López. 25.03—20.05
En Carta de quebrados, el artista Chema López pone en cuestión la identidad contemporánea como un constructo sometido a una revisión permanente. Desde sus pinturas, el artista aborda los parámetros que normalizan la pertenencia a un lugar o a un colectivo, sin otras consideraciones que las del registro de una imagen-dato como una fuente excluyente de cualquier otra consideración.
https://www.rosasantos.net/exposicion/chema-lopez/

A partir de ficha policial surge, en el siglo XIX en Francia, lo que hoy conocemos como documento de identidad. Un documento con estructura reticular que va asociado a una persona, que incluye su fotografía y apunta descripciones de apariencia neutral y objetiva sobre su procedencia, edad, apariencia física y situación personal junto con otras características que van mutando con el tiempo. Pero ya desde su origen es manifiesta la intención de utilizar estas fichas con el fin de clasificar y controlar, en primer lugar a presos y delincuentes; posteriormente a sindicalistas, anarquistas y mujeres; y finalmente a toda la población. En Carta de Quebrados, Chema López construye su obra alrededor de la historia de éste y otros certificados que aparecen en varios territorios y momentos históricos, algunos son carnets de afiliación usados en tiempos de guerra, y otros surgen con el objetivo de identificar, catalogar y segregar a distintos grupos sociales. Pero el recorrido que aquí se nos propone no es únicamente una comparativa entre individuos según su categorización institucional, sino que también es una exploración de las múltiples caras de un conflicto, así como de los juegos del poder, sus abstracciones, camuflajes y capacidad de afectación social.
Mirando a sus proyectos anteriores, podemos afirmar que la obra de López se caracteriza por su versatilidad lingüística y referencial. En numerosas ocasiones convergen en ella, de distintos modos, la pintura, el dibujo, la fotografía y escenarios narrativos tales como el cine o la literatura. Éstos son además elementos que logran sumergirnos completamente en las distintas historias a las que el artista se aproxima, y que podemos observar no únicamente como espectadores, sino con la posibilidad de generar una reflexión propia a través de cada pieza y de sus evocaciones. En esta ocasión, López parte de los ya mencionados certificados para compartir su minuciosa (y a veces intuitiva) investigación sobre varios conflictos, sobre sus posibles lecturas, la ideología que impregna a sus partes enfrentadas, y los disfraces que se colocan sobre ambas realidades.
En el espacio de la galería Rosa Santos encontramos varias pinturas de gran formato en las que el artista representa los casos escogidos para contextualizar el proyecto, además de una serie de monocromos que referencian los fondos de los mismos documentos. El detalle y la destreza que se aprecia en las pinturas permite observar con claridad las posiciones que los certificados defienden a través de su particular uso del lenguaje y de los datos que en ellos se recogen. Por un lado, en la sala inferior, apreciamos algunas de las consignas bajo las cuales se definió el enfrentamiento entre carlistas y anarquistas en la guerra civil española, así como sus distintas maneras de justificar el uso de las armas – para unos era una cuestión divina, mientras que para otros se traducía en responsabilidad social. También en las pinturas se plantean cuestiones como el significado de ser Hutu o Tutsi en Ruanda bajo la dominación belga, o incluso la paradoja (e injusticia) que lleva a acreditar a un policía sicario en Guatemala para que espíe y arreste activistas indígenas locales. Por otro lado, los monocromos que vemos en la sala superior actúan como un símbolo de la autoridad ausente, esa que se esconde detrás del permiso emitido, dando protagonismo a las realidades antagonistas del conflicto mientras que desdibuja su propia responsabilidad. Ejemplo de ello podría ser el papel determinante del legado colonial belga sobre el genocidio de Ruanda, en el que se trató de exterminar a la población Tutsi; o cómo el poder Británico apoyó con su legitimación institucional la ocupación e injustificables acciones de Israel contra Palestina.
Las dos partes que componen esta exposición se encuentran conectadas, por una advertencia que, situada entre los dos pisos de la galería, alude tanto al realismo de una parte como a la abstracción de la otra y que piensa a ambas desde una posición objetiva y conceptual. Carta de Quebrados es el título de este nuevo proyecto y exposición que, a través de las pinturas instaladas como una carta cromática, juega a ser alegoría de los colores quebrados, es decir de aquellos que se obtienen de la mezcla de los complementarios y la suma del blanco. Sin embargo esta idea se disipa cuando tratamos de reconocerla como tal en la obra de Chema López, quién aun hila más fino. Navegar por entre las descripciones antagonistas y sesgadas de los protagonistas (anónimos) de este proyecto nos confirma la ruptura que los certificados y la vida han impuesto entre lo que quizá algún día pudo llamarse complementario, pero que la ideología, el poder y los intereses políticos mantendrán necesariamente separado.
SET ESPAI D’ART. Animal lámina. Isidro Ferrer. 0.04—04.06
A modo de gabinete de curiosidades, el diseñador Isidro Ferrer plantea en esta exposición un gran mural realizado por con todo tipo de técnicas (ensamblajes, collages, dibujos, etc.), dispuestas para dar caza a un universo de seres de fábula. Un animalario que no es otro que el que da cabida a nuestros modos de vida y formas de relacionarnos con el mundo, el de la extrañeza.

Diseñador e ilustrador por «devoración», como él se define, en sus trabajos las imágenes juegan con distintos sentidos, plantea una mirada sorprendida hacia lo cotidiano para descubrirnos fragmentos de
la realidad muy familiares y reconocibles para todos, al tiempo que intensamente extraños.
De la misma manera desordenada que en los gabinetes de curiosidades se presentaban partes de los reinos animal, vegetal y mineral con el objetivo de mostrar la diversidad del mundo, un gran collage cubre las paredes de la galería formado por piezas realizadas por Isidro Ferrer en distintos momentos, para el diseño de algún producto o sin ningún fin, solo por la necesidad del hacer. Realizadas con distintos soportes y técnicas, vamos descubriendo pequeñas esculturas, delicados objetos, dibujos, ensamblajes, collages, carteles donde los protagonistas son los animales, un mundo animal que surge de la relación exclusivamente contemplativa y estética, que expresa con imágenes su pasión por el teatro de la vida.
“Animal lámina” no pretende descubrir el mundo como en los cuartos de maravillas o gabinetes de curiosidades, esos lugares donde los nobles y burgueses europeos de los siglos XVI,XVII, XVIII coleccionaban y exponían objetos exóticos. Esta exposición refleja la acumulación donde se mueve Isidro Ferrer (Madrid 1963), su particular reino animal, un reino que surge de la actitud mecánica del hacer, de las vivencias infantiles y el hacer desinhibido.
“Al recopilar los dibujos y las piezas que componen esta exposición me he dado cuenta que con los años mi universo gráfico se ha ido poblando de una fauna excéntrica y omnipresente que gana en volumen y relevancia.”
Isidro Ferrer
SHIRAS GALERÍA. Tresor: Anna Herrgott, Jens Gussek, Jesse Magee, Ibrahim Erdogan y Judith Röder. Hasta el 06.05
La exposición Tresor compagina la obra de cinco artistas diversos para poner de relieve, no sin ironías, nuestro afán por conservar el valor de las cosas por muy insignificantes o absurdas que a menudo puedan parecer. Con ello las obras presentadas buscan amputar cualquier relación entre los objetos y las palabras con los usos y los significados, entre esculturas, fotografías y otros soportes que tienen como fondo el mirar de otra manera a través del gran vidrio.

La exposición se aproxima a la metáfora de la preservación de lo más valioso en cajas fuertes, así como la proyección, la elaboración de los pensamientos y las emociones de manera irónica y directa. La resolución personal y la puesta en escena de las piezas de vidrio combinados con otros materiales conforman y confrontan el trabajo laborioso, duro y frágil de este material. Lo que invita deleitosamente a realizar un tránsito por el espacio interno de los artistas del mismo modo en que las piezas fueron concebidas matéricamente. Todo ello en su conjunto, evoca la estrecha afinidad entre el carácter de los artistas con las propuestas y enseñanzas de la institución de arte y diseño Bauhaus creada por Walter Gropius en 1919 en Weimar, Alemania y que pese a existir algunas pequeñas contradicciones con respecto a los inicios de esa institución; un punto curioso que entrelaza la exposición es que el vocablo Bauhaus está compuesta por la palabra Bau que significa “construcción” y haus que representa “casa”. Por lo que TRESOR independientemente de este desglose, suscita y apuesta por la igualdad, del mismo modo que confluye en el desarrollo lúdico internacional mediante la creatividad a nivel educativo y social.
La artista visual Anna Herrgott nacida en 1983 en Herrenberg, estudió en la Facultad de Arte de Burg Giebichenstein en Halle, Alemania. Sus últimas obras han sido expuestas en Art Fair en Hamburgo y en el Arp Museum de Remagen. La artista centra toda su obra en el concepto de lo ficticio y la belleza. Herrgott examina el concepto de la belleza a través de lo estético, aunque a veces lo realiza también desde un punto de vista histórico, estadístico y fenomenológico. La obra de la artista además combina la técnica del dibujo y el collage con el cristal, la cual hace que sus piezas sean muy atractivas para el espectador y para esta exposición.
Judith Röder artista nacida 1981 en Vulkaneifel, es profesora asistente del Instituto de Cristal y Cerámica de la Universidad de Koblenz en Alemania. Es una artista visual que se destaca ya no solo por la exquisitez de su trabajo en cristal y video, sino también por la cantidad de becas y premios que la artista ha ganado. Destacando la subvención del Ministerio Rheinland-Pfalz y la beca por la Fundación Alexander Tutsek en Munich. Röder trabaja con los acontecimientos que ocurren en la naturaleza y la luz, construyendo objetos de cristal y utilizando la proyección de video en muchas de sus piezas. La artista describe en muchas de sus obras el viento en los árboles. El borde de los bosques, las ramas y las hojas en movimiento. Puntos de luz proyectados en la pared por la luz del sol. Observaciones, momentos a veces fugaces en el paisaje natural. El enfoque artístico de Judith Röder consiste en registrar las cualidades elementales y materiales que percibe en su entorno de forma inmediata. En sus obras destaca además los fenómenos cotidianos que apenas son percibidos, quedando ocultos. Sin embargo, en la obra de Röder vemos que esos fenómenos percibidos por la artista, nos los hace presentes.
Por otro lado, el joven artista Ibrahim Erdogan nacido en 1992 en Batman en Turquía cuyas obras han sido expuestas en numerosas Instituciones y Museos de Arte como el European Glass Context en Bornholm en Dinamarca, en New Glass Review’41 Corning Museum of Glass en Estados Unidos y en MASH, Harn Museum of Gallery en Florida. El artista señala la abertura entre lo concreto de la obra frente a lo abstracto que se presenta en el público. Es más, los elementos de sus obras acentúan lo punzante y agudo que caracteriza el material del vidrio, Erdogan refleja esto repetidamente en varios de los objetos cotidianos que realiza y lo representa a través de historias cuyo contenido no deja de ser seductor y atractivo por su colorido. Pues los colores que Ibrahim Erdogan utiliza, así como las transparencias de sus piezas de cristal, captan la fragilidad y lo intangible del momento presente. El artista también sugiere tener conciencia de que el arte transforma y lo hace mediante el estudio de la observación sociocultural.
Jens Gussek, artista nacido en 1964 en Glauchau y director del Instituto de Cristal y Cerámica de la Universidad de Koblenz en Alemania. Hace trabajos que parten sobre el tema de la memoria. En sus obras se negocian los momentos entre la referencia histórica y la experiencia cotidiana. Trae a la memoria acontecimientos y personas que han sido olvidados incluso por él mismo en la actualidad, por el público en general o que han cambiado en la percepción del tiempo dentro del panorama social o cultural. Gussek reproduce y comienza su obra artística a través del recuerdo. El grado de contacto personal, la fuerza del sentimiento que un evento o circunstancia han dejado en él, son sus criterios de selección para ejecutar su obra. Esto no está relacionado con ninguna intención moral, sino todo lo contrario. En un sentido postmoderno casi clásico, Gussek se interesa por la simultaneidad de diferentes niveles de asociación: de lo complejo a lo banal, de lo filosófico a lo irónico. Las obras de Jens Gussek se han expuesto en numerosos Museos, destacando entre ellos el Museum of New Art, Pärnu, en Estonia y el Museum of American Glass en Millville en Estados Unidos.
La obra de Jesse Magee artista nacido en 1981 en Urbana, U.S.A, actualmente ha comenzado sus estudios de doctorado en Bélgica. Sus obras más destacas se han visualizado en UTSA Art Gallery en San Antonio en Estados Unidos y Westerwald/Ludwig Museum en Koblenz en Alemania. Magee combina el tema de las trampas con materiales extremadamente estéticos para crear esculturas que atraen inmediatamente al espectador. El artista anima al público a contemplar cuál (si es que hay alguna) la trampa que más le atrae. El espectador es invitado a elegir consciente e inconscientemente si seguir o no cautivado por el espejismo de lo superficial o resistirse a la seducción de los objetos engañosos.
GALERÍA VANGAR. La repetición. Pol Pinto. Hasta el 29.04-25.06
Pol Pintó recurre al movimiento como una posibilidad de acción y reacción parmente ante lo que vemos. En la exposición La repetición, el artista aborda, desde los parámetros de lo reductivo que viene de la conjunción del minimal y la abstracción, una serie de lienzos y papeles en los que extremalimita la fijación del gesto y la línea. Una actuación dispuesta a generar tensiones en el apacible el mirar de las cosas.
http://galeriavangar.com/pol-pinto

Pol Pintó explora las infinitas posibilidades de la acción y en cómo esta deja su rastro en el mundo. Del legado del movimiento nace su obra, caracterizada por la abstracción, el minimalismo y la austeridad. Una extensión de su interés por cuestiones relacionadas con la tensión, el espacio y, sobre todo, la búsqueda de lo primario. Para ello siempre usa como herramientas objetos poco convencionales y, a menudo, aparentemente mundanos. Del contacto o fricción de estos es de donde salen los trazos expresivos que protagonizan sus pinturas, dejando poco espacio por la intervención humana y abrazando la aleatoriedad que conlleva cualquier tipo de movimiento. “Siempre trabajo a partir de la acción y en cómo esta deja su rastro en el mundo. Del legado del movimiento nace mi obra: siempre abstracta, sobria y austera. Los inicios de mi práctica artística se remontan en el arte urbano. Su naturaleza, libre y sin filtros, fuera del circuito comercial y sin afán conceptual, marcó profundamente la evolución de mi trabajo. En este entorno, la velocidad deviene esencial. Hacer frente a ella es lo que me obligó a alejarme de mi obsesión por la perfección y tener que buscar otro tipo de herramientas para poder agilizar mi trabajo. Así fue como descubrí el tiralíneas, un instrumento muy utilizado en construcción e ingeniería para trazar líneas rectas. Con él, más allá de poder desarrollar mis contundentes geometrías, descubrí todos los demás matices que le aportaba a mi obra: expresividad, inconstancia, aleatoriedad. Error, incluso. Además, poseía unas claras connotaciones que a día de hoy siguen definiendo mi sello: la austeridad y esa continua búsqueda de lo primario”.
GALERÍA JORGE LÓPEZ. Monumento. Matías Ercole. Hasta el 17.06
Matías Ercole presenta una visión en la quimérica construcción de un paisaje. Monumento constituye toda una declaración de intenciones en el deseo de divisar lo insondable. En sus grandes lienzos empapelados se da cita una variada iconografía que asoma de un paisaje siempre de fondo sobre el que se asienta la deformación de lo natural. Se trataría de una pintura episodial, entendida como un gran espacio escenográfico en el que interviene tanto la formalidad del futurismo como la perplejidad del surrealismo.
https://www.jorgelopezgaleria.com/main#ExpoMatiasErcole

Monumento es la prolongación de las muestras precedentes de Ercole: Re, Visión (2019), en la galería de arte Munar de Buenos Aires, y Futurismos (2021), en la Casa Argentina en Roma. Pero esta continuidad no proviene de la mera cronología: es una indagación poética que extrae consecuencias de cada fase. Los paisajes -los insondables paisajes- de Re, Visión tenían dos capas de tiempo en el mismo plano: el presente de la representación y sus reminiscencias, la evidencia de lo representado y la implicación (a la manera de signo) de una ausencia.
Esa existencia dúplice persiste en Monumento, aunque de un modo, se diría, máslaberíntica. La luz sigue siendo el personaje por excelencia de los trabajos de Ercole.Pero, como si se tratara de una Bildunsgroman, ese personaje tiene su propio desarrollo, su propio Dédalo: encuentra ahora el color en sí mismo. En palabras del artista, “el color nace del elemento lumínico que estaba siendo evocado”. Como quien descubre algo en sí que de lo que está orgulloso, el color descubierto en la luz (y por la luz misma) no se esconde en un colorismo tímido. El descubrimiento quema. Los colores de Ercole son ahora rojo, amarillo, naranja, la completa coloración imaginaria del fuego.
El lapso romano de Ercole tuvo sus consecuencias, que empiezan ahora a verse. Ya en Futurismos la luz de Giacomo Balla proyectaba sus sombras. Fue ahora Antonio Ligabue, su descubrimiento, quien le dio sanción al desafuero cromático. Pero el color no viene de afuera. En los papeles sobre tela de Ercole, las tintas se solapan, el color no queda insepulto, sino que es cubierto para que resucitar.
“La luz mía”, como la llama Ercole, es ahora una luz trastornada, una luz de color. La alquimia del artista consigue que la materia se convierta en una alegoría espiritual. Los frisos y, sobre todo las cerámicas, en su purísima materialidad, son, por el engobe del ceramista Ercole, espiritualizadas por las trazas de la ruina romana, que son las trazas troyanas. La antigüedad reinventada es espiritual porque vive de lo que no está.
El monumento es todo aquello que quiere recordar o que quiere perpetuar el recuerdo de lo recordado. Cicerón en las Catilinarias les decía a los quirites que, más que en el monumento, el triunfo era vivir in animis vestris, “en el alma de ustedes”. Pero la obra de arte, para vivir en el alma, necesita de la materia, no importa si esa materia es tiempo o es espacio.
Las pinturas de Ercole, en esta nueva pero consecuente condición monumental, devienen arquitectura. Como si la arquitectura fuera un despliegue literal de la pintura, de modo que el observador no contemple ya la pintura en cuanto algo exterior a él, sino que la vea desde dentro.
Lo que se despliega es, además, una precedencia, eso que Aby Warburg llamó Pathosformel, tan manoseada ya fórmula de la pasión, y que Borges quiso nombrar “precursores”: una anticipación que se advierte tardíamente. Pero la genealogía de Ercole, por imposible que parezca, no tiene historicidad. Se nos presenta de un golpe.
La única historia es la del rayo. Un caso es el del Éxtasis de Santa Teresa, de Bernini. Ercole retiene los rayos. Al someter al modelo a semejante ablatio, Ercole aísla la materialidad de la luz; es decir, aísla lo inmaterial. Es muy probable que pueda entenderse de este modo la reunión de esas representaciones tan disímiles de una única experiencia, la experiencia única del éxtasis.
Pablo Gianera
La Mercería. Scapeland. Pedro Kouba. Hasta el 17.06
En el proyecto Scapeland, Pedro Kouba presenta una de las obsesiones que ocupan su pintura en los últimos años: la crisis del ver. Para ello recurre a un tipo de pintura en la que la figuración lo llena todo, hasta perderse de vista. Envoltorios, plásticos y cintas adhesivas ciegan la posibilidad de ver más allá y, de este modo, lo que se ve, y la imagen a la que llama, nos sitúa en un espacio de incertidumbre que obligándonos a abrir los ojos para paralizar la celeridad a que nos somete las formas de comunicación contemporánea.

Nos vemos inmersos en una suerte de estratificación visual, en la que lo anecdótico construye un nuevo horizonte falto de profundidad, que ha pasado a situarse en la yema de nuestros dedos.
La pintura como cartografía de un territorio físico que acota el campo visual, como si de una pantalla se tratase, en la que conviven diferentes escenarios que se superponen y anulan, interpelando la legibilidad de lo que tenemos delante y haciendonos dudar sobre aquello que creemos conocer, construyendo así nuestra ‘verdadera’ visión del espacio. ‘Scapeland’.