Las siguientes exposiciones se contemplan, como hemos señalado en el texto introductorio, dentro del marco de colaboración de LAVAC con València Capital del Diseño 2022. Esta selección responde a los criterios impulsados por New European Bauhaus (NEB) desde amplias perspectivas creativas. Sostenibilidad, inclusión y diversidad, participación y colectividad o innovación, entre otras, son cuestiones tratadas por el programa de exposiciones y actividades plateado por las galerías, cuya selección destacaremos aquí según un programa mensual.
MARZO – ABRIL 2022
- Galería Cànem (Castellón). Solas. Elisa Torreira. Hasta el 23.04
- Galería Cuatro. Bye bye souvenir. Alejandra de la Torre. 4.03—22.4
- Espai Nivi Collblanc(Castellón). El poder del centinela. Mónica Jover. Hasta 30.04
- Gabinete de dibujos. Roberto Mollá. El cazador de extraterrestres. Hasta el 6.05
- Galería Luis Adelantado:
- Unearth Tomorrow. Ting-Ting Cheng. 24.03—6.05
- Elige todo. Carlos Fernández-Pello. 24.03—6.05
- Galería Rosa Santos. Carta de Quebrados. Chema López. 25.03—20.05
- Set Espai d’Art:
- Las estructuras que sustentan todo esto. Fernando Abellanas (Lebrel) y Sean Mackaoui. Hasta el 26.03
- Animal lámina. Isidro Ferrer. 01.04—04.06
- Shiras Galería. Tresor: Anna Herrgott, Jens Gussek, Jesse Magee, Ibrahim Erdogan y Judith Röder. Hasta el 06.05
- Galería Vangar:
- El orden de las cosas. Alba Abellán. Hasta el 26.03
- La repetición. Pol Pinto. Hasta el 29.04-25.06
- The Liminal. Las formas que sostienen el discurso. Lorenzo Sandoval, en colaboración con Floreal Rodríguez de la Paz. Hasta el 06.04.22
GALERÍA CÀNEM (Castellón). Solas. Elisa Torreira. Hasta el 23.04
En esta exposición Elisa Torreira presenta una instalación y una serie de fotografías manipuladas en las que aborda los códigos normativos en la construcción del género. Para ello recurre a las formas de representación la de primera comunión, en las que la niña se convierte en un manoseado estereotipo mediante el que se afianzan los límites de la identidad de la mujer.
https://www.canemgaleria.com/solas-elisa-torreira_2

El dolor en la infancia no debería existir, no debería ser real, sin embargo, lo es. Porque la violencia hacia la fragilidad no cesa en el mundo y asistimos impasibles a esa fea realidad, la que cabalga en cada continente a lomo de los seres adultos, los despreciables seres que consienten y miran para otro lado cuando observan el mal infligido hacia inocentes niñas y futuras mujeres en una sociedad incapaz de extirparlo.
SOLAS invita a una reflexión sobre la brutalidad ejercida hacia las niñas y por ende hacia lo femenino. Una mirada hacia la violencia que ejerce una sociedad salpicada por las religiones represivas y patriarcales, en un mundo desigual y de consumismo devastador.
Natalia Alonso Arduengo escribió sobre Silencio (una de las piezas expuestas en Cànem Galería para SOLAS: “Comenzar a pensar es comenzar a estar minado, dijo Camus. Ese día en el que surgen los porqués ya estamos de lleno en un terreno de batalla poblado por fantasmas: la productividad como meta, el consumo a toda costa, la pérdida de la empatía, el narcisismo…”
Y son las palabras de Luz Mar González Arias (casi un axioma), las que nos revelan el planteamiento de SOLAS: “El interior vacío de las prendas dificulta la exposición corporal que nuestra sociedad normaliza y, a su vez, llama la atención sobre esos cuerpos ausentes que se escapan a la mirada y que son una parte fundamental de la obra.”
GALERÍA CUATRO. Bye bye souvenir. Alejandra de la Torre. 4.03—22.4
En Bye bye souvenir, Alejandra de la Torre crea un imaginario de viajes en los que se dan cita todo tipo de recuerdos. En su pintura, sin aparente orden ni concierto, objetos e imágenes disputan el protagonismo de una identidad cambiante y efímera que no es otra que la del consumo de un lugar y una cultura que ya no existen sino en el artificio, en una memoria engañosa de lo que representamos.
https://www.galeriacuatro.es/obra-disponible-en-galer%C3%ADa-cuatro/expo-bye-bye-souvenir/

Bye bye souvenir, es una serie pictórica donde el elemento principal es el “souvenir”. En las diferentes piezas encontraremos souvenirs rotos o a medio hacer, que representan diferentes lugares a los que me hubiese gustado ir, sitios que echo de menos, viajes cancelados y sitios que no se cuando podré visitar.
Elegí el souvenir, pues te gusten o no te gusten no hay nada más vinculado a la idea de viaje. Además de tener ese valor de acercamiento a la obra a través de cosas que nos son muy comunes a la mayoría de nosotros.
Alejandra de la Torre
ESPAI NIVI COLLBLANC (Culla, Castellón). El poder del centinela. Mónica Jover. Hasta 30.04
En la exposición El poder centinela, Mónica Jover recurre al cuadro ventana para trascender las convenciones de la bidimensionalidad del cuadro, generando paisajes que se extienden más allá del estricto marco de la pintura. Para ello, la artista recurre a procesos considerados artes menores y relegados a la condición femenina como coser y tejer.
https://espainivi.com/2022/03/07/monica-jover-3/

Cuando Rosemarie Trokel tejió la pieza Cogito, Ergo sum en una bufanda o cuando Isa Restheiner bordó letras del alfabeto fenicio en una serie de rectángulos de lino, se reconsideraron por primera vez, tanto irónica como poéticamente, las tradicionales labores femeninas vinculadas a la artesanía y el bordado. Algunos artistas, han tomado la práctica textil como un punto de referencia en sus trabajos como lo demuestran las extraordinarias piezas de Teresa Lanceta, los trabajos de algodón de Asger Jorn o los tapices de Joan Miró.
En las obras de Mónica Jover (Alcoy, 1974) nada está totalmente incluido; son piezas en espera de lograr un contenedor al cual se adaptarán como un guante, se adherirán como una segunda piel, pues unos haces de hilos se escapan de la capa pictórica para colonizar unos territorios que hasta ahora les eran ajenos, cambiando de este modo la coordenada espacio temporal de sus ventanas verdes desde las cuales unos hilos gritan, salen del cuadro, se escapan y se expanden a su alrededor. Sus Jardines remendados, trepan, van más allá de la esquina o vértice de la sala. Sus Jardines verticales evocan los lucernarios o ventadas del espacio de Espai Nivi y los traspasan, derramando su verde por el suelo cual lengua de musgo o césped. Sus Tótems y hasta sus ventanas «vitaminadas» a manera de trompe l’oeil (por cierto, de un rigor colorista que nos retrotrae a los tapices de Miró repletos de rojos, blancos, azules, amarillos o negros), vienen a ser como formas de estar o vivir en el espacio. Jover realiza un riguroso tensado de hilos hasta formar insólitos planos arquitectónicos como campos de color, a veces incluso con escaletas que van del verde vibrante al rabioso amarillo cítrico. Todo ello da una potente sensación de frescura, de bosque verde donde se oye el murmullo el agua de un arroyo cercano.
Las piezas de Mónica Jover nos invitan a una refrescante mirada ecológica. Los paisajes interiores de Jover son nuestros paisajes de alma, su tierra es la tierra que pisamos y su hogar siempre es aquel a donde son llevados. Sin olvidar que su apertura al entorno es aquella ventana albertiniana que se expande y nos reconecta con la clorofila de la vida.
Silvia Tena
GABINETE DE DIBUJOS. El cazador de extraterrestres. Roberto Mollá. Hasta el 6.05
Roberto Mollá nos sitúa en una de las ciudades paradigmáticas de la modernidad, Tokio. Echando mano del dibujo, el artista presenta la cartografía de una urbe que reconocemos aún no estando allí. Desde unos archivos en la pared, se proyectan sobre mesas y otras paredes cuantos estímulos provenientes del cine, la literatura, los cómics y la música han configurado el acervo de un futuro que es siempre pasado.

El cazador de extraterrestres lleva vida de artista. Su cuartel general, instalado en los apartamentos Harumi de la bahía de Tokio, parece un estudio. Allí ha juntado todas las mesas disponibles y en ellas va colocando, en composiciones variables, las fotografías, anotaciones, mapas y dibujos que realiza durante sus recorridos por la lejana Ciudad del Espacio, una réplica exacta y flotante de la capital japonesa. Las estanterías están repletas de archivadores que contienen la información recogida en su vagabundeo por las calles. No están etiquetados ni fechados, aunque no es necesario porque todos contienen datos del 1 de septiembre de 1994; día, o segundos más bien, en los que transcurre una historia cuya línea temporal es incomprensible. Un no tiempo (en el que los siglos son reducidos a cenizas) que el cazador pretende cartografiar en un diagrama. En los estantes hay también algunos libros de ciencia ficción y arquitectura, cómics galácticos, un centenar de discos y un álbum de negativos anónimos encontrado en el rastro del santuario Togo. Dentro de una carpeta guarda lo que él llama Archivo Desaix, media docena de informes que identifican a probables extraterrestres citándolos como primer objetivo, segundo objetivo y así sucesivamente. El cazador busca a diario esas seis extrañas formas de vida en una ciudad en la que él parece ser el único superviviente, otra extraña forma de vida a su vez. En el monitor del cuartel general, y en todas las pantallas que encuentra por la ciudad, Rosita, una presentadora de televisión, explica algunos detalles de la inmensa urbe espacial. In Heaven everything is fine, lee en los subtítulos. Habrá escuchado la frase, emitida en bucle, cientos, miles de veces. Poco después (o mucho después, esto no es posible saberlo) el cazador de extraterrestres escribe: Ahora amo, amo una imagen. Confuso, cierra los ojos y cuando devuelve la mirada a la pantalla Rosita ha desaparecido.
Esa es en resumen la historia que, versionando el libro Geografía del tiempo (A.G. Porta, 2008), se representa en el Gabinete de dibujos a través de una veintena de trabajos sobre papel milimetrado. Los temas de la exposición, como en la novela metafísica de Porta, son el tiempo y su flexibilidad, la volatilidad de los recuerdos y los sueños, el intento inútil de atraparlos en imágenes y el trabajo en el estudio. El cazador de extraterrestres dibuja naves espaciales, líneas cinéticas y presentadoras de televisión, pero eso es aquí lo de menos. Como en series anteriores en las que retrataba su mesa de dibujo o extraños robots dibujantes, el tema principal de la exposición, aunque soterrado, es la propia práctica del dibujo. Dibuja que está dibujando. El dibujo como registro del tiempo transcurrido completando, por ejemplo, el retrato de una androide, tal vez una extraterrestre, con una trama de semitonos (pequeños círculos, dibujados en este caso a lápiz, que el ojo mezcla para formar una imagen); o del tiempo empleado en dibujar una y otra vez el mismo archivador, uno al día, a la manera del japonés On Kawara en sus Date paintings. La extraña forma de vida otra vez. El irreprimible pero anticuado instinto del que hablaba Pontano en La notte de Antonioni.
La novela de Porta es un escenario idóneo para tratar estos temas, pero a esa narración se le fueron adhiriendo durante el proceso otras capas de referentes, ramificaciones, historias dentro de historias y temas recurrentes en el trabajo de Mollá, relacionados en la mayoría de los casos con su propia experiencia y memoria personal, un viaje en picado hacia temas y fetiches, algunos adolescentes, que le iniciaron en su práctica artística. El título elegido para la exposición, un título de estirpe pop, underground y retrofuturista, hace alusión al modo desinhibido con el que el dibujante caza y mezcla piezas dispares procedentes del cómic, de la literatura, del cine, de una ciudad visitada, de la música post-punk o del vorticismo. El dibujante se pone la gabardina del cazador de extraterrestres y, como en la película de Wong Kar-Wai, empieza a imaginarse como un japonés que va en un tren hacia 2046 en busca de una androide de acción retardada, con la intención de recuperar recuerdos perdidos, los recuerdos que, como dicen los Talking Heads, no pueden esperar.
GALERÍA LUIS ADELANTADO. Unearth Tomorrow. Ting-Ting Cheng. 24.03—6.05
En la exposición Unearth Tomorrow, Ting-Ting Cheng presenta una serie de fotografías que llevan al espectador a reconstruir un territorio que pudo ser entre Taiwan y San Salvador en Tuman. Un imaginario en el que el espectador, convertido en un explorador, queda emplazado a tender puentes entre culturas y momentos históricos, como una forma de identificar un presente siempre cambiante.
https://www.luisadelantadovlc.com/actual/

Ultrachrome en papel fotográfico Ilford Galerie Satín de 260 grs
47 x 62 cm c/u
Fotografía: David Zarzoso
La exposición Unearth Tomorrow tiene como punto de partida un dibujo de una isla del siglo XIII de autoría desconocida realizado durante el periodo de colonización española del norte de Taiwán, y a través el cual la artista intenta encontrar el punto exacto perspectiva y ubicación del pintor desconocido. Para este reto Cheng tomó una serie de fotografías mientras se acercaba a dicha isla desde Tuman.
La serie de fotografías dispuestas como una línea de horizonte a mayor y menor distancia de la isla, activa una participación por parte del público el cual navega acercando o alejando poco a poco como realizando el mismo viaje de Ting-Ting Cheng y el pintor anónimo. La segunda parte del proyecto incluye imágenes de objetos desconocidos flotando en la oscuridad, que fueron objetos recolectados por Cheng en el sitio arqueológico de San Salvador en Tuman.
La obra de Ting-Ting Cheng se acerca a la exploración de diálogos entre culturas y participaciones colectivas donde invita al espectador a realizar en este caso el trayecto de viaje hacia ese momento histórico y visión del pintor desconocido, así como adentrarse a las arqueologías encontradas en un espacio-tiempo incierto.
GALERÍA LUIS ADELANTADO. Elige todo. Carlos Fernández-Pello. 24.03—6.05
El artista Carlos Fernández-Pello recurre al reciclaje cómo método a través del que poner en cuestión el consumo de una novedad que se basa en la reapropiación constante de hechos, teorías, lugares y creaciones, que no dejan de serlo porque han sido y continúan siendo en la deriva del presente. Desde una sana actitud ecológica, géneros clásicos como el paisaje o la naturaleza muerta ponen de actualidad de la pintura como un proceso inacabado, el de la propia vanguardia.

Elige todo se plantea como una revisión de los últimos 3 años de trabajo del artista Carlos Fernández-Pello en donde las piezas cambian, retroceden y se disfrazan de cosas que no parecían ser y que sin embargo están. Reciclando materiales como trozos de tela que envuelven estructuras macizas de hierros.
El artista pretende generar una cultura fantástica en la que la gente abandonase la novedad y comenzase a copiar sin remedio. Refiriéndose a toda a una sociedad delirante, dedicada a repetir décadas completas de la historia del arte local y extranjero; obsesionada con la ecología de repetir movimientos artísticos, repintando cada uno de sus cuadros; regrabando cada una de sus películas; reescribiendo cada palabra de sus textos, repitiendo cada nota de sus canciones.
Reciclar cada vanguardia, cada moda, cada tendencia conocida y hacerlo por siempre, con todos los recursos a su alcance, usando los mismos nombres en cada caso, construyendo melodías de melodías, sacando libros de sus libros, imágenes de sus imágenes… nada muy bien hecho, sino hecho lo mejor posible.
Intentar que todo sea igual, pero sabiendo que saldrá, a menudo, peor. Como si se buscará el calco preciso, pero se hiciera para disfrutar del error de traducción. Quizás este lugar ya exista: un sitio donde la historia no se mueve si no que forma parte de la noche del todo.
GALERÍA ROSA SANTOS. Carta de Quebrados. Chema López. 25.03—20.05
En Carta de quebrados, el artista Chema López pone en cuestión la identidad contemporánea como un constructo sometido a una revisión permanente. Desde sus pinturas, el artista aborda los parámetros que normalizan la pertenencia a un lugar o a un colectivo, sin otras consideraciones que las del registro de una imagen-dato como una fuente excluyente de cualquier otra consideración.
https://www.rosasantos.net/exposicion/chema-lopez/

A partir de ficha policial surge, en el siglo XIX en Francia, lo que hoy conocemos como documento de identidad. Un documento con estructura reticular que va asociado a una persona, que incluye su fotografía y apunta descripciones de apariencia neutral y objetiva sobre su procedencia, edad, apariencia física y situación personal junto con otras características que van mutando con el tiempo. Pero ya desde su origen es manifiesta la intención de utilizar estas fichas con el fin de clasificar y controlar, en primer lugar a presos y delincuentes; posteriormente a sindicalistas, anarquistas y mujeres; y finalmente a toda la población. En Carta de Quebrados, Chema López construye su obra alrededor de la historia de éste y otros certificados que aparecen en varios territorios y momentos históricos, algunos son carnets de afiliación usados en tiempos de guerra, y otros surgen con el objetivo de identificar, catalogar y segregar a distintos grupos sociales. Pero el recorrido que aquí se nos propone no es únicamente una comparativa entre individuos según su categorización institucional, sino que también es una exploración de las múltiples caras de un conflicto, así como de los juegos del poder, sus abstracciones, camuflajes y capacidad de afectación social.
Mirando a sus proyectos anteriores, podemos afirmar que la obra de López se caracteriza por su versatilidad lingüística y referencial. En numerosas ocasiones convergen en ella, de distintos modos, la pintura, el dibujo, la fotografía y escenarios narrativos tales como el cine o la literatura. Éstos son además elementos que logran sumergirnos completamente en las distintas historias a las que el artista se aproxima, y que podemos observar no únicamente como espectadores, sino con la posibilidad de generar una reflexión propia a través de cada pieza y de sus evocaciones. En esta ocasión, López parte de los ya mencionados certificados para compartir su minuciosa (y a veces intuitiva) investigación sobre varios conflictos, sobre sus posibles lecturas, la ideología que impregna a sus partes enfrentadas, y los disfraces que se colocan sobre ambas realidades.
En el espacio de la galería Rosa Santos encontramos varias pinturas de gran formato en las que el artista representa los casos escogidos para contextualizar el proyecto, además de una serie de monocromos que referencian los fondos de los mismos documentos. El detalle y la destreza que se aprecia en las pinturas permite observar con claridad las posiciones que los certificados defienden a través de su particular uso del lenguaje y de los datos que en ellos se recogen. Por un lado, en la sala inferior, apreciamos algunas de las consignas bajo las cuales se definió el enfrentamiento entre carlistas y anarquistas en la guerra civil española, así como sus distintas maneras de justificar el uso de las armas – para unos era una cuestión divina, mientras que para otros se traducía en responsabilidad social. También en las pinturas se plantean cuestiones como el significado de ser Hutu o Tutsi en Ruanda bajo la dominación belga, o incluso la paradoja (e injusticia) que lleva a acreditar a un policía sicario en Guatemala para que espíe y arreste activistas indígenas locales. Por otro lado, los monocromos que vemos en la sala superior actúan como un símbolo de la autoridad ausente, esa que se esconde detrás del permiso emitido, dando protagonismo a las realidades antagonistas del conflicto mientras que desdibuja su propia responsabilidad. Ejemplo de ello podría ser el papel determinante del legado colonial belga sobre el genocidio de Ruanda, en el que se trató de exterminar a la población Tutsi; o cómo el poder Británico apoyó con su legitimación institucional la ocupación e injustificables acciones de Israel contra Palestina.
Las dos partes que componen esta exposición se encuentran conectadas, por una advertencia que, situada entre los dos pisos de la galería, alude tanto al realismo de una parte como a la abstracción de la otra y que piensa a ambas desde una posición objetiva y conceptual. Carta de Quebrados es el título de este nuevo proyecto y exposición que, a través de las pinturas instaladas como una carta cromática, juega a ser alegoría de los colores quebrados, es decir de aquellos que se obtienen de la mezcla de los complementarios y la suma del blanco. Sin embargo esta idea se disipa cuando tratamos de reconocerla como tal en la obra de Chema López, quién aun hila más fino. Navegar por entre las descripciones antagonistas y sesgadas de los protagonistas (anónimos) de este proyecto nos confirma la ruptura que los certificados y la vida han impuesto entre lo que quizá algún día pudo llamarse complementario, pero que la ideología, el poder y los intereses políticos mantendrán necesariamente separado.
SET ESPAI D’ART. Las estructuras que sustentan todo esto. Fernando Abellanas (Lebrel) y Sean Mackaoui. Hasta el 26.03
En la exposición Las estructuras que sustentan todo esto, Fernando Abellanas (Lebrel) y Sean Mackaoui plantean desde lugares diversos de la creación otras formas de ver y entender nuestro entorno. Mientras Sean Mackaoui presenta una serie de collages y objetos que diseccionan las normas del ver, las fotografías, vídeos y escultura de Fernando Abellanas hurgan en el adentro de lo que no se ve. En ambos artistas el humor se convierte en una estrategia mediante la que lo cotidiano se convierte en una fuente de descubrimientos desconcertantes.

Nacido en Suiza, pero de nacionalidad anglo-libanesa, Sean Mackaoui es un artista cuya práctica emplea técnicas y formas diversas, mestizas. Las ilustraciones que realiza para diferentes medios adoptan un sentido en las páginas impresas y generan otro en las paredes de una galería. Ni representan los mismos motivos, ni su actitud es idéntica, pero sí subyace un sentido del humor que parece generarse por el propio disfrute de la práctica, en el haciéndose. En su collage La La Land, por ejemplo, un Ícaro en pleno proceso de caída se agarra al poste curvo de una farola ante la impasividad de un hombre que parece mirar de frente a la cámara. La superposición de gestos, el empleo plural de técnicas (fotografía para la escena general e ilustración recortada en el caso del personaje mitológico) así como el uso del título incluido dentro de la obra, componen las instrucciones de un juego que repetirá en casi todos los collages.
[…] Las referencias al mundo del arte quedan reflejadas de varias maneras; más directas, como en This storm, donde el ambiente estable y calmado del big splash de David Hockney se ha tornado tormentoso y amenazador. O de manera más tangencial, como en los collages Burning down the house y Drugs, donde parecen emerger referencias al Fata Morgana. American Way of Life, de Josep Renau. Si bien en ambos casos, en la serie de Renau y en estas dos obras, existe una reflexión sobre el modelo de vida consumista (ampliado en el magnífico The unbereable ligthness of consumerism) el momento histórico es bien distinto, y los materiales que entonces eran coetáneos ahora resuenan vintage, algo nostálgicos y siempre protagonistas del juego de referencias cruzadas que practican los collages. Un presente que se erige juez y parte de la historia pasada.
[…] Si Mackaoui trabaja en el ámbito de lo simbólico, de la recreación a escala, Fernando Abellanas (Lebrel) lo hace en el de la acción directa, acudiendo a los espacios donde las cosas ocurren o donde puede provocarse que ocurran. Su práctica como diseñador industrial le ayuda a buscar soluciones y a ejecutarlas con precisión y funcionalidad. Las instalaciones de carácter artístico, como esta Enlace, rebuscan entre los espacios límite de las ciudades, conviven con el tránsito, el ruido o la calma del lugar, se crean para el diletantismo, alejadas en un primer momento de lo productivo. En Eslovenia creó un espacio portátil para estar —una casa con ruedas— que aparcó en el espacio existente entre dos edificios; en València encontró un hueco en la estructura encofrada de un puente para habitarlo, siquiera como se habitan las cabañas de verano: un lugar (o un no-lugar) donde quedar y pasar el rato. Incluso en estas propuestas, la construcción de los alrededores de las piezas eran determinantes, como la escalera plegable que generaba el acceso al interior del puente, o la llave que, a su vez, permitía bajar la escalera, como un cuento en espiral de Cortázar.
[…] Alejado de la práctica en el taller, el estudio o la nave industrial, Lebrel aquí es flaneûr, caminante o ciclista, ojo ocioso y mirada atenta. Encontrado el espacio, se puede pensar entonces en el gesto. En el colector de agua de lluvia que recorre en subterráneo una parte de la ciudad, hay rendijas, pero apenas entra el sol; gotea el agua y se escucha el tráfico como enfundado en tela, adormecido. Un reguero de agua, más o menos caudaloso dependiendo de la frecuencia y la cantidad de lluvia, actúa como espejo oscuro dentro del tubo. Este lugar es canal y cobijo, espacio para la acción o el pensamiento. Fer piensa en construir un vehículo que lo recorra, cuyas ruedas en ángulo puedan ajustarse a la curvatura interior del cilindro, que pueda ser activado a través de pedales, que se monte y desmonte como un mecano, como un mueble por piezas, como una cafetera. Y lo hace. Lo lleva hasta allí desmontado, dentro de un carro arrastrado por una bicicleta, lo mete dentro y lo monta. Recorre el espacio y lo registra con fotografías y con vídeos. Pequeñas películas documentales donde se observa el proceso y se genera el imaginario: proceso de montaje, maquinal, por un lado; imaginario de evasión, lúdico, por otro.
El montaje en el espacio expositivo es un rastro de los diferentes estratos descritos. Las fotografías son objetos de la experiencia vivida dentro, algo que puede convertirse en experiencia compartida con quienes lo vean ahora expuesto y que adquiere el aspecto extraño de las misiones en sí paradójicas: aquello que no tiene utilidad, pero cuya existencia adquiere pleno sentido. Los vídeos generan un presente continuo, convirtiendo la acción esporádica en ejemplo de funcionamiento; un tutorial compartido con quien los visione y herramienta eficaz para la comprensión de los pasos andados y los logros obtenidos. El vehículo es objeto y ready-made; así como prueba fehaciente de que Fernando Abellanas estuvo allí, construyó esta máquina y jugó allí dentro. Al exponerse ahora sobre su pedestal (o su caballete), podríamos pensar que es un objeto inerte, pero las pruebas lo desmienten; corrió y recorrió un espacio oculto que ahora se ha hecho visible. Ha iluminado un agujero negro. Vistas en conjunto, cada parte resuelve un conflicto que vuelve a crearse, una partida que empieza de nuevo.
Álvaro de los Ángeles. Comisario
SET ESPAI D’ART. Animal lámina. Isidro Ferrer. 0.04—04.06
A modo de gabinete de curiosidades, el diseñador Isidro Ferrer plantea en esta exposición un gran mural realizado por con todo tipo de técnicas (ensamblajes, collages, dibujos, etc.), dispuestas para dar caza a un universo de seres de fábula. Un animalario que no es otro que el que da cabida a nuestros modos de vida y formas de relacionarnos con el mundo, el de la extrañeza.

Diseñador e ilustrador por «devoración», como él se define, en sus trabajos las imágenes juegan con distintos sentidos, plantea una mirada sorprendida hacia lo cotidiano para descubrirnos fragmentos de
la realidad muy familiares y reconocibles para todos, al tiempo que intensamente extraños.
De la misma manera desordenada que en los gabinetes de curiosidades se presentaban partes de los reinos animal, vegetal y mineral con el objetivo de mostrar la diversidad del mundo, un gran collage cubre las paredes de la galería formado por piezas realizadas por Isidro Ferrer en distintos momentos, para el diseño de algún producto o sin ningún fin, solo por la necesidad del hacer. Realizadas con distintos soportes y técnicas, vamos descubriendo pequeñas esculturas, delicados objetos, dibujos, ensamblajes, collages, carteles donde los protagonistas son los animales, un mundo animal que surge de la relación exclusivamente contemplativa y estética, que expresa con imágenes su pasión por el teatro de la vida.
“Animal lámina” no pretende descubrir el mundo como en los cuartos de maravillas o gabinetes de curiosidades, esos lugares donde los nobles y burgueses europeos de los siglos XVI,XVII, XVIII coleccionaban y exponían objetos exóticos. Esta exposición refleja la acumulación donde se mueve Isidro Ferrer (Madrid 1963), su particular reino animal, un reino que surge de la actitud mecánica del hacer, de las vivencias infantiles y el hacer desinhibido.
“Al recopilar los dibujos y las piezas que componen esta exposición me he dado cuenta que con los años mi universo gráfico se ha ido poblando de una fauna excéntrica y omnipresente que gana en volumen y relevancia.”
Isidro Ferrer
SHIRAS GALERÍA. Tresor: Anna Herrgott, Jens Gussek, Jesse Magee, Ibrahim Erdogan y Judith Röder. Hasta el 06.05
La exposición Tresor compagina la obra de cinco artistas diversos para poner de relieve, no sin ironías, nuestro afán por conservar el valor de las cosas por muy insignificantes o absurdas que a menudo puedan parecer. Con ello las obras presentadas buscan amputar cualquier relación entre los objetos y las palabras con los usos y los significados, entre esculturas, fotografías y otros soportes que tienen como fondo el mirar de otra manera a través del gran vidrio.

La exposición se aproxima a la metáfora de la preservación de lo más valioso en cajas fuertes, así como la proyección, la elaboración de los pensamientos y las emociones de manera irónica y directa. La resolución personal y la puesta en escena de las piezas de vidrio combinados con otros materiales conforman y confrontan el trabajo laborioso, duro y frágil de este material. Lo que invita deleitosamente a realizar un tránsito por el espacio interno de los artistas del mismo modo en que las piezas fueron concebidas matéricamente. Todo ello en su conjunto, evoca la estrecha afinidad entre el carácter de los artistas con las propuestas y enseñanzas de la institución de arte y diseño Bauhaus creada por Walter Gropius en 1919 en Weimar, Alemania y que pese a existir algunas pequeñas contradicciones con respecto a los inicios de esa institución; un punto curioso que entrelaza la exposición es que el vocablo Bauhaus está compuesta por la palabra Bau que significa “construcción” y haus que representa “casa”. Por lo que TRESOR independientemente de este desglose, suscita y apuesta por la igualdad, del mismo modo que confluye en el desarrollo lúdico internacional mediante la creatividad a nivel educativo y social.
La artista visual Anna Herrgott nacida en 1983 en Herrenberg, estudió en la Facultad de Arte de Burg Giebichenstein en Halle, Alemania. Sus últimas obras han sido expuestas en Art Fair en Hamburgo y en el Arp Museum de Remagen. La artista centra toda su obra en el concepto de lo ficticio y la belleza. Herrgott examina el concepto de la belleza a través de lo estético, aunque a veces lo realiza también desde un punto de vista histórico, estadístico y fenomenológico. La obra de la artista además combina la técnica del dibujo y el collage con el cristal, la cual hace que sus piezas sean muy atractivas para el espectador y para esta exposición.
Judith Röder artista nacida 1981 en Vulkaneifel, es profesora asistente del Instituto de Cristal y Cerámica de la Universidad de Koblenz en Alemania. Es una artista visual que se destaca ya no solo por la exquisitez de su trabajo en cristal y video, sino también por la cantidad de becas y premios que la artista ha ganado. Destacando la subvención del Ministerio Rheinland-Pfalz y la beca por la Fundación Alexander Tutsek en Munich. Röder trabaja con los acontecimientos que ocurren en la naturaleza y la luz, construyendo objetos de cristal y utilizando la proyección de video en muchas de sus piezas. La artista describe en muchas de sus obras el viento en los árboles. El borde de los bosques, las ramas y las hojas en movimiento. Puntos de luz proyectados en la pared por la luz del sol. Observaciones, momentos a veces fugaces en el paisaje natural. El enfoque artístico de Judith Röder consiste en registrar las cualidades elementales y materiales que percibe en su entorno de forma inmediata. En sus obras destaca además los fenómenos cotidianos que apenas son percibidos, quedando ocultos. Sin embargo, en la obra de Röder vemos que esos fenómenos percibidos por la artista, nos los hace presentes.
Por otro lado, el joven artista Ibrahim Erdogan nacido en 1992 en Batman en Turquía cuyas obras han sido expuestas en numerosas Instituciones y Museos de Arte como el European Glass Context en Bornholm en Dinamarca, en New Glass Review’41 Corning Museum of Glass en Estados Unidos y en MASH, Harn Museum of Gallery en Florida. El artista señala la abertura entre lo concreto de la obra frente a lo abstracto que se presenta en el público. Es más, los elementos de sus obras acentúan lo punzante y agudo que caracteriza el material del vidrio, Erdogan refleja esto repetidamente en varios de los objetos cotidianos que realiza y lo representa a través de historias cuyo contenido no deja de ser seductor y atractivo por su colorido. Pues los colores que Ibrahim Erdogan utiliza, así como las transparencias de sus piezas de cristal, captan la fragilidad y lo intangible del momento presente. El artista también sugiere tener conciencia de que el arte transforma y lo hace mediante el estudio de la observación sociocultural.
Jens Gussek, artista nacido en 1964 en Glauchau y director del Instituto de Cristal y Cerámica de la Universidad de Koblenz en Alemania. Hace trabajos que parten sobre el tema de la memoria. En sus obras se negocian los momentos entre la referencia histórica y la experiencia cotidiana. Trae a la memoria acontecimientos y personas que han sido olvidados incluso por él mismo en la actualidad, por el público en general o que han cambiado en la percepción del tiempo dentro del panorama social o cultural. Gussek reproduce y comienza su obra artística a través del recuerdo. El grado de contacto personal, la fuerza del sentimiento que un evento o circunstancia han dejado en él, son sus criterios de selección para ejecutar su obra. Esto no está relacionado con ninguna intención moral, sino todo lo contrario. En un sentido postmoderno casi clásico, Gussek se interesa por la simultaneidad de diferentes niveles de asociación: de lo complejo a lo banal, de lo filosófico a lo irónico. Las obras de Jens Gussek se han expuesto en numerosos Museos, destacando entre ellos el Museum of New Art, Pärnu, en Estonia y el Museum of American Glass en Millville en Estados Unidos.
La obra de Jesse Magee artista nacido en 1981 en Urbana, U.S.A, actualmente ha comenzado sus estudios de doctorado en Bélgica. Sus obras más destacas se han visualizado en UTSA Art Gallery en San Antonio en Estados Unidos y Westerwald/Ludwig Museum en Koblenz en Alemania. Magee combina el tema de las trampas con materiales extremadamente estéticos para crear esculturas que atraen inmediatamente al espectador. El artista anima al público a contemplar cuál (si es que hay alguna) la trampa que más le atrae. El espectador es invitado a elegir consciente e inconscientemente si seguir o no cautivado por el espejismo de lo superficial o resistirse a la seducción de los objetos engañosos.
GALERÍA VANGAR. El orden de las cosas. Alba Abellán. Hasta el 26.03
En la exposición El orden de las cosas Alba Abellán plantea una radiografía del tacto utilizando diversos procedimientos gráficos. Con ello la artista analiza nuestras relaciones con en un entorno que, en un mirar acelerado, muy a menudo vemos a medias o no vemos.
https://galeriavangar.com/alba-abellan

De su perfil, que linda entre lo artístico y lo gráfico, surge una obra de gráfica experimental. Un rasgo muy identificativo en cada una de sus creaciones que conforman en serie un atlas de texturas sensibles. Durante su proceso de trabajo, recolecta diferentes materiales que le resultan atractivos. Observa su relación con el entorno y analiza las posibilidades expresivas de cada material para, finalmente, incluirlos en un proceso gráfico y tornarlo experimental. En síntesis, con este ejercicio matérico consigue traducir materiales en expresiones gráficas.
GALERÍA VANGAR. La repetición. Pol Pinto. Hasta el 29.04-25.06
Pol Pintó recurre al movimiento como una posibilidad de acción y reacción parmente ante lo que vemos. En la exposición La repetición, el artista aborda, desde los parámetros de lo reductivo que viene de la conjunción del minimal y la abstracción, una serie de lienzos y papeles en los que extremalimita la fijación del gesto y la línea. Una actuación dispuesta a generar tensiones en el apacible el mirar de las cosas.
http://galeriavangar.com/pol-pinto

Pol Pintó explora las infinitas posibilidades de la acción y en cómo esta deja su rastro en el mundo. Del legado del movimiento nace su obra, caracterizada por la abstracción, el minimalismo y la austeridad. Una extensión de su interés por cuestiones relacionadas con la tensión, el espacio y, sobre todo, la búsqueda de lo primario. Para ello siempre usa como herramientas objetos poco convencionales y, a menudo, aparentemente mundanos. Del contacto o fricción de estos es de donde salen los trazos expresivos que protagonizan sus pinturas, dejando poco espacio por la intervención humana y abrazando la aleatoriedad que conlleva cualquier tipo de movimiento. “Siempre trabajo a partir de la acción y en cómo esta deja su rastro en el mundo. Del legado del movimiento nace mi obra: siempre abstracta, sobria y austera. Los inicios de mi práctica artística se remontan en el arte urbano. Su naturaleza, libre y sin filtros, fuera del circuito comercial y sin afán conceptual, marcó profundamente la evolución de mi trabajo. En este entorno, la velocidad deviene esencial. Hacer frente a ella es lo que me obligó a alejarme de mi obsesión por la perfección y tener que buscar otro tipo de herramientas para poder agilizar mi trabajo. Así fue como descubrí el tiralíneas, un instrumento muy utilizado en construcción e ingeniería para trazar líneas rectas. Con él, más allá de poder desarrollar mis contundentes geometrías, descubrí todos los demás matices que le aportaba a mi obra: expresividad, inconstancia, aleatoriedad. Error, incluso. Además, poseía unas claras connotaciones que a día de hoy siguen definiendo mi sello: la austeridad y esa continua búsqueda de lo primario”.
THE LIMINAL. Las formas que sostienen el discurso. Lorenzo Sandoval, en colaboración con Floreal Rodríguez de la Paz.
Hasta el 06.04.22
La exposición Las formas que sostienen el discurso constituye una estratagema mediante la que el artista Lorenzo Sandoval pone patas arriba la creación de un monumento. Mediante obra gráfica, libros de artista, esculturas, instalaciones y una película, el monumento queda reducido a un valor que pasaría de lo simbólico a lo formal admitido. Una neutralización de lo simbólico-monumental que resultaría ser otra cosa en un hacer colectivo, en una construcción permanente que trascendería la mera asimilación de las formas.
https://theliminal.es/programming/lasformasquesostieneneldiscurso/

Lorenzo Sandoval revisita, como resultado de su residencia artística en THE LIMINAL, el legado del álbum “Libro que espera su edición” producido en 1995 por Salomé Moltó y Floreal Rodríguez de la Paz (Editorial Concreta, 2022), cuyo contenido habla de la construcción colectiva del monumento levantado en las cercanías del campo de Albatera. Entramos en la galería bañados por la primera luz del día. El alba (símbolo clásico de los procesos ácratas), que comienza en el horizonte, encarna la libertad propia de una narración aún por componer. Es también un proceso y, por lo tanto, nos habla de una expectativa. Las grandes formas de color que ahora pueblan la galería nos acompañan en este lugar creado que apunta a la resolución de una espera; mientras tanto, nos sugieren lecturas alternativas del espacio y nuevas formas de habitarlo.
El Sol, que nace al traspasar el umbral de entrada, nos guía hacia un bloque rojo que revela estructuras ocultas; los arcos azules, al fondo, nos transportan verticalmente hacia los revoltones que arroparon los quehaceres de las anteriores vecinas, las panaderas. Una franja amarilla y una mancha en rosa viejo subrayan y refrescan el espacio de trabajo, donde descansaba el antiguo obrador. Y un gran rectángulo turquesa, enfrentado al ocaso del principio, sobrevuela ingrávido toda una infraestructura estética que introduce interpretaciones de elementos concretos que provienen del álbum original. En palabras del artista, también editor de Libro que espera su edición, “este narra el proceso por el cual una comisión de la CNT —de la que Salomé y Floreal formaban parte— planeó colectivamente la concepción y construcción del monumento y de una placa en recuerdo de todos los seres humanos que sufrieron y murieron por un mundo más justo y más libre. Campo de Albatera 1939-1995.”
LAS FORMAS QUE SOSTIENEN EL DISCURSO subraya la colaboración con Floreal Rodríguez de la Paz a través de una serie de cuatro dibujos de inusual belleza que forman parte de las esculturas que nos reciben en el espacio y que, como criaturas indiciales, nos guiarán por un bosque repleto de huellas y memorias, de restos y gestos. Tanto en la sala principal como en el espacio apéndice de la galería, que aloja la colección de libros de artista, se presenta un total de cuatro series de litografías. La primera de ellas, “Desencadenar”, se enarbola como una referencia directa al monumento de Albatera, así como al proceso de creación de la propia obra gráfica. Al otro lado, recorre la horizontal el mural modular “Albas (Las formas que sostienen el discurso n. 2)”, que se propone casi como un papel pintado. En “Ocultamientos” conviven dos narrativas paralelas, la abstracción más gestual esconde la colectividad y la máquina representadas en la imagen de archivo. Finalmente, “Las formas que sostienen el discurso n. 1″ se presenta como pieza autónoma y, precisamente por permitirnos la concentración en todas sus formas, es quizá la obra que en nombre de todas mejor recoge la idea del monumento colectivo, de que aquello que da soporte forma la base del apoyo mutuo. Todas las series litográficas han sido desarrolladas en colaboración con Miriam Del Saz, profesora, artista e investigadora en la Universitat Politècnica de València.
Un filme documental bajo el mismo título del álbum: “Libro que espera su edición”, pone el broche final a la exposición y nos remite al inicio de esta parte del relato, en la que Salomé Moltó y Floreal Rodríguez de la Paz encomendaban a Lorenzo Sandoval y al realizador sonoro Pedro André la búsqueda de una editorial para poder publicar su álbum: documento que aborda tempranamente la memoria histórica y recoge la construcción de un monumento ‘desde abajo’.